Como sabréis muchos de vosotras y vosotros, el concepto de convergencia mediática fue creado por el académico estadounidense Henry Jenkins en 2006. Lo utilizó por primera vez en su libro Convergence culture: where old and New Media Collide y lo definió como:
“(..) flujo de contenido a través de múltiples plataformas mediáticas, la cooperación entre múltiples industrias mediáticas y el comportamiento migratorio de las audiencias mediáticas, dispuestas a ir a cualquier parte en busca del tipo deseado de entretenimiento” .
Como él mismo explica en su blog el término convergencia logra describir los cambios tecnológicos, industriales, culturales y sociales dependiendo de quién está hablando y de qué creen que están hablando. Igualmente, el término representa un cambio en la lógica cultural ya que se anima a los consumidores a buscar nueva información y establecer conexiones entre contenido de distintos medios. En este sentido, él relaciona la convergencia con dos conceptos más:
- Cultura participativa
- Inteligencia colectiva
Los productores y consumidores de medios se han convertido en participantes que interactúan entre sí de acuerdo a unas reglas implícitas y según los intereses de cada uno. A estos participantes se les llama prosumidores, concepto usado por primera vez por Toffler en 1980 para hacer referencia a la persona que produce y consume contenidos en diferentes medios.
Para Jenkins, la convergencia de medios y la cultura participativa ha dado lugar a la inteligencia colectiva, es decir, cada uno de los participantes construye y completa un puzle de conocimientos, informaciones y reflexiones con sus piezas identificadas como recursos y habilidades.
Además de las nombradas participación y cultura de la convergencia, la sociedad actual también tiene otras dos características que afectan al campo de la Educomunicación: la interactividad y la cultura móvil.
La interactividad no debe ser confundida con la interacción, tal y como nos dice Marco Silva (2005). Mientras que la interacción no implica necesariamente predisposición de los interlocutores para comunicarse, la interactividad sí la implica, ya que hay una actitud proactiva para crear espacios de comunicación bidireccional de participación horizontal.
Dichos espacios se multiplican, dado que la comunicación se produce en cualquier tiempo y en cualquier lugar gracias a los dispositivos móviles, generando una cultura móvil que antes no se producía, es decir, la cultura que se producía antes de la irrupción de los medios digitales no favorecía la participación, no había construcciones de narrativas realizadas por otros que no fueran los profesionales de la comunicación. Que la cultura sea móvil, supone que como ciudadanos podemos participar en espacios de comunicación donde hay intercambio de información y debates y se puede decir abierta y públicamente si me gusta o no me gusta lo que estoy viendo, oyendo o leyendo. Sin embargo, para establecer la comunicación de forma adecuada en este tipo de medios, el ciudadano debe tener adquirida la competencia digital que le exigen los propios medios.
Ahora que hemos definido y contextualizado la convergencia mediática y otros conceptos muy importantes vinculados a la misma, vamos a desterrar algunos mitos:
- El primer mito: desaparición de los medios tradicionales. Falso porque el medio perdura en el tiempo, lo que cambia es la forma de acceder al medio.
- El segundo mito: hay un único aparato tecnológico que da acceso a diferentes medios. No puede existir porque la convergencia se desarrolla en la propia cultura y en esta existen diferentes formas de consumir contenidos con diferentes aparatos.
En este punto podemos recordar las palabras de Lev Manovich que en su libro El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. La imagen en la era digital afirma que la informatización de la cultura no solo conduce al surgimiento de nuevas formas culturales sino que redefine a las que ya existían, como el texto, la fotografía y el cine.
También para este autor, la identidad de los medios ha cambiado y señala que los nuevos medios se basan en cinco principios:
- Representación digital: Los objetos se construyen con código digital, es decir, hay un lenguaje de programación que permite generar algoritmos.
- Modularidad: Los objetos integran elementos que, agrupados, dan lugar a otros objetos. Por ejemplo, una imagen digitalizada está compuesta por la agrupación de pixeles; en un vídeo se agrupan fotogramas.
- Lo anterior da lugar a la variabilidad, es decir, puede haber múltiples combinaciones que dan lugar a otros objetos.
- Automatización de estos procesos, por ejemplo, el uso de las llamadas cookies ayudan a cargar las páginas web con rapidez o plantillas de blog preestablecidas.
- Tanscodificación cultural: Las características anteriores permiten que los individuos hagan una interpretación de los medios.
De acuerdo con lo anterior, se deduce que la convergencia de medios tiene consecuencias positivas para todos. La facilidad de acceso a contenidos gracias a los nuevos soportes tecnológicos, facilita a su vez su consumo porque se puede hacer en cualquier tiempo y lugar. Igualmente, las características de los propios medios permiten un tipo de comunicación que Jean Cloutier denomina EMIREC , donde emisor y receptor intercambian sus roles en un proceso continuo de comunicación y aprendizaje caracterizado por ser permanente, bilateral y horizontal.
Sin embargo, hay otras consecuencias que estando siendo negativas, sobre todo, p ara algunos. Volvamos al principio de nuestra exposición del tema y recordemos el título del libro de Henry Jenkins, Convergence culture: where old and New Media Collide. Como afirma Scolari (2018), el título manifiesta una contradicción entre el uso de términos “convergencia” y “colisión”. Y es que existe una tensión entre la industria de los medios y las cultura colaborativa porque los ciudadanos se apropian de las narrativas creadas por dicha industria y se generan otras en otros soportes. Un ejemplo de esta tensión entre la industria y los prosumidores es el de la recreación continua en diferentes medios y soportes de Harry Potter por parte de los fans de la serie literaria. En este sentido, la propiedad intelectual, los derechos de autor y los derechos de imagen también son más vulnerables que nunca.
Otra de las consecuencias es el mal uso que se está haciendo de los medios, en concreto, en el mal uso que se hacen de redes sociales y que afectan a temas políticos, sociales, económicos o educativos. Si los medios tradicionales como la prensa se ha caracterizado por su diversidad y pluralismo, Internet ha supuesto que los ciudadanos podamos interaccionar con la información haciendo que la sociedad se haya convertido en una sociedad más participativa e inclusiva. Son las redes sociales las que reflejan este tipo de sociedad, los usuarios eligen o no interactuar con la información, la crean, la comparten o les gusta. Ahora bien, de forma intencionada o por ignorancia pueden estar difundiendo información falsa que puede tener consecuencias negativas.
Para finalizar el tema, nos gustaría terminar hablando de lo que ha supuesto la convergencia mediática en las educación, así como el resto de conceptos que se relacionan con ella como es la cultura participativa, la inteligencia colectiva, la interacción y la cultura móvil. Entre otros aspectos, la convergencia mediática ha hecho que repensemos las formas de enseñar. Tal y como se puede construir el conocimiento con la convergencia de medios, las relaciones jerárquicas entre docente y alumnado no son eficaces. Las posibilidades de favorecer el aprendizaje colaborativo, horizontal y bidireccional aumentan. Así se han creado los Entornos Virtuales de Aprendizaje (Osuna, 2015) que son espacios de comunicación entre docentes y alumnos, en los que “planifican el aprendizaje y comparten contenidos y herramientas y espacios colaborativos de comunicación”.
Para saber más:
- Jenkins, H. (2006) Convergence culture: where old and New Media Collide. Nueva York, EE. UU.: NYU Press.
- Manovich, L. (2005). El lenguaje de los nuevos medios de comunicación. Barcelona. Paidós
- Osuna, S., Cantillo, C., Roura, Sánchez, A., Aparici, R. Escenarios Virtuales Educomunicativos. Barcelona. Icaria
- Scolari, C. (2018). Narrativas transmedia, nuevos alfabetismos y prácticas de creación textual. Conflictos y tensiones en la nueva ecología de la comunicación en Lectoescritura digital. Ministerio de Educación y Formación Profesional
- Silva M. (2008). Educación inrateractiva. Enseñanza y aprendizaje presencial y online. Barcelona. Gedisa